Cámara de Comercio de Bucaramanga - [ Blog - Bucaramanga Bilingüe avanza de forma positiva ]

Con el propósito de preparar a 1.511 estudiantes de décimo y undécimo grado de los colegios públicos en inglés de Contact Center y cubrir la demanda de compañías multinacionales que llegan a la Ciudad Bonita, nació el programa Bucaramanga Bilingüe, convenio entre la Alcaldía y la Cámara de Comercio de Bucaramanga.

Bucaramanga Bilingüe presentó en su más reciente informe un avance positivo en si fase de desarrollo. El programa cuenta con 63 grupos en niveles que van del A1 al B1+ y 1.345 estudiantes activos, cifra que demuestra que 166 estudiantes decidieron no continuar con la beca, lo cual hace referencia a un 11% de deserción, teniendo como principal motivo la carga académica en los colegios (48%).

Según Juan Diego Rojas, vicepresidente de desarrollo empresarial de la Cámara de Comercio, “hay un balance muy positivo en el programa, porque va a avanzando de acuerdo al cronograma. Además, se han visto síntomas de que Bucaramanga Bilingüe está teniendo muy buen prestigio y recibimiento por parte de la comunidad educativa, incluyendo a los estudiantes, a los padres de familia y a los rectores de los colegios participantes”.

Por su parte, Nelson Latorre, rector del colegio Tecnológico afirmó, “se ve que los estudiantes están muy motivados ya que al estar en grupos pequeños han aprendido de forma personalizada, haciendo que avancen a un ritmo agigantado. Por otro lado, los padres de familia han apoyado el programa, teniendo que hacer un aporte económico extra para sus hijos en cuanto al almuerzo y el transporte. Pero a nivel general, los jóvenes han respondido de forma positiva a este reto, adquiriendo un alto grado de compromiso porque saben los beneficios que van a adquirir en los próximos años con este proyecto”.

Bilingüe para viajar sobre las nubes

A las 4:00 a.m. del día lunes, sintiendo el frío inclemente que se apodera de la vereda San Ignacio de Bucaramanga, despierta Elisa Hernández, una joven de 16 años y estudiante de décimo grado del colegio Tecnológico.

No se asoma el primer rayo de sol cuando ella ya se ha levantado de su cama, ha tomado un baño, se ha colocado su uniforme y desayunado. El reloj marca las 5:00 a.m., hora en la que sale a esperar la ruta escolar; un recorrido de 20 kilómetros para llegar las 6:00 a.m. a su destino final.

Para esta alumna cada día es un reto por superar. Estudiar en contrajornada, almorzar con un combo de 2.200 pesos de la UIS y asistir a clase de inglés todas las tardes de 4:00 a 7:00 p.m. con el profesor William Durán, son algunos de sus desafíos cotidianos, pero aun así, a esta esbelta adolescente de 1.80 centímetros de altura y con aspecto de modelo, nada la detiene en su ilusión de ser azafata y viajar por el mundo.

Ella, al igual que otros 1.510 niños de décimo y undécimo grado de las escuelas públicas de la Ciudad Bonita, fueron becados para participar en el programa Bucaramanga Bilingüe, -convenio entre la Alcaldía y la Cámara de Comercio con el operador CECAM International.

“Desde muy niña Julieth aprendió a escribir, leer e incluso a nadar”, dijo con orgullo su madre Yamile Molina. Así, con esa misma dedicación y empeño, esta seguidora de la música coreana, aficionada a comer arroz chino y amante del dibujo, se ha destacado entre sus demás compañeros por su buena pronunciación del idioma inglés.

Siendo la menor de tres hermanas, hija de una fotógrafa de eventos y un funcionario de una empresa ambiental, esta futura bachiller; disfruta de bailar y cantar k-pop en su tiempo libre. Se visualiza hablando varios idiomas y conociendo diversas culturas: “me encantaría ir a Asia ya que todo lo de ese continente me parece muy interesante, además, uno de mis deseos es casarme y hacer mi vida en Corea”, comentó sonriente.

Son las 7:00 p.m. y cae la noche en el Instituto Tecnológico. Julieth cierra su libro de inglés y sale de clase. Baja caminando hasta el colegio Santander y coge un bus que la llevará al barrio Colorados. Al llegar al lugar, toma un segundo transporte, el cual la dejará en el sector de Puente Tierra, vía a Rionegro. En medio de la oscuridad y soledad de la carretera, la adolescente espera paciente a que alguien la acerque hasta su casa, una finca llena de árboles de mandarina.

Cansada entra a su hogar y se sienta juiciosa a hacer tareas, hasta medianoche. Después de culminar con el trabajo cierra los ojos, se coloca sus audífonos y escucha la música de Rihanna, su cantante favorita, hasta quedarse dormida. Mientras pasan las horas y dando vueltas en su cama, se imagina a sí misma vestida de rojo abordando un avión como toda una profesional de las nubes, sueño por el que luchará y hará que supere todas las pruebas que se le presenten.